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Manejo de desastres

Corresponde a las acciones para la respuesta y la recuperación post desastre, y que dependen del nivel de preparación de las instituciones operativas y la comunidad. Estas medidas de gestión del riesgo tienen como objetivo responder eficaz y eficientemente cuando el riesgo ya se ha materializado y no ha sido posible impedir el impacto de los fenómenos peligrosos. Su efectividad implica una real organización, capacidad y planificación operativa de instituciones y de los diversos actores sociales que verían involucrados en casos de desastre (Cardona, et al., 2005).


Según la ley 1523 de 2012 el manejo de desastres se define como “El proceso de la gestión del riesgo compuesto por la preparación para la respuesta a emergencias, la preparación para la recuperación posdesastre, la ejecución de dicha respuesta y la ejecución de la respectiva recuperación”.


Cuando hablamos de manejo de desastres, se pueden definir acciones como: La respuesta en caso de emergencia, la rehabilitación y la reconstrucción.


La respuesta de emergencia es la primera etapa, que corresponde a la reacción inmediata para la atención oportuna de la población ante una emergencia y pretende garantizar condiciones de seguridad y de vida para las poblaciones afectadas inmediatamente después de ocurrido un evento. Estas actividades pueden envolver acciones de evacuación de comunidades, de búsqueda y rescate, de asistencia y alivio a poblaciones afectadas y acciones que se realicen durante el tiempo en que la comunidad se encuentra desorganizada y los servicios básicos de infraestructura no funcionan. El período de emergencia es traumático, por esta razón es que la mayor atención de los medios de comunicación y de la comunidad internacional esta puesta en este periodo cuando se trata de un evento mayor. En la mayoría de los desastres este periodo pasa muy rápido, excepto en algunos casos como la sequía, la hambruna y los conflictos civiles.

 

Las actividades de rehabilitación y reconstrucción pretenden de una manera óptima, restaurar, transformar y mejorar las condiciones económicas, sociales, de infraestructura y de vida en general de las zonas afectadas, dotándolas de mayores condiciones de seguridad en el futuro a través de esquemas de intervención que puedan reducir el riesgo. En este sentido la recuperación (rehabilitación y reconstrucción) se ha visto inspirada de la idea de la prevención y mitigación de futuros desastres.

 

La rehabilitación corresponde al periodo de transición que se inicia al final de la etapa de emergencia y en el cual se reestablecen los servicios vitales y el sistema de abastecimientos de la comunidad afectada.

 

La reconstrucción se caracteriza por los esfuerzos que se realizan con el fin de reparar la infraestructura afectada y restaurar el sistema de producción con miras a revitalizar la economía y lograr alcanzar o superar el nivel de desarrollo previo al desastre.

 

Debe tenerse en cuenta en términos de gestión institucional que cada etapa cuenta con actividades específicas y con esquemas de trabajo definidos. Además, existe una estrecha relación entre todas ellas. Por ejemplo, durante la etapa de respuesta a la emergencia se pueden tomar decisiones que favorecerán a promover una recuperación más rápida.

(Fuente: Cardona, et al., 2005 y Ley 1523 de 2012).

 
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